Después de meses de tira y afloja entre el Govern catalán y el Gobierno español por el tema de la independencia, el conflicto ha quedado completamente solucionado tras una reunión que ha durado tan solo 10 minutos.
En una rueda de prensa ofrecida tras la reunión Mariano Rajoy ha comentado sorprendido: "Jodo, al final tampoco era tan complicado. Hemos revisado el sistema territorial y ya. De hecho, lo que más nos ha costado decidir era si la reunión se llevaría a cabo en catalán o en español. Luego ya hemos usado lo que es el sentido común y oye, muy bien".
Por su parte Puigdemont también ha dado sus impresiones sobre los hechos: "El problema es que al principio nos hablábamos todo por whatsapp y claro, malinterpretamos el tono. Menos mal que implementaron las notas de voz en la aplicación para que pudiéramos decirnos las cosas más claramente y llegar hasta esta reunión".
Durante la negociación se aplicaron varias normas de actuación para que la conversación fuera fluida. Entre ellas, se instó a que todos los adjetivos y nombres descalificativos como facha, rojo de mierda, hippies colgaos, españolistas, caraplasma e independentistas de boquilla, entre otros, se cambiaran por "colega". Así, la discusión fue respetuosa y fluida hasta el punto de que varios ministros de ambos gobiernos acabaron de botellón y comilona de callos con pa amb tomàquet, toda ella regada con botellines de Estrella y Mahou.
La armonía entre Cataluña y España es tal en estos momentos que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha ofrecido a enseñar inglés a Ana Botella y Aznar ha sido propuesto por la Universidad Pompeu Fabra como Doctor Honoris Causa de catalán en la intimidad.