7 trucos para acelerar el cambio climático sin ser estafado

¿Harto de que el planeta siga girando como si nada? ¿Cansado de ecologistas que te miran mal mientras quemas el mundo, e incluso a tu familia? ¡Basta de tonteridas! Gaceta Global te trae siete sencillos trucos para acelerar el cambio climático sin que te estafen con viejos y verdes cuentos.

1. Convierte tu casa en una central térmica

¿Por qué conformarte con una estufa de gas mostaza, cuando puedes montar una hoguera digna de Mad Max? Quema neumáticos, plásticos y ese colchón viejo del vecino mientras duerme plácidamente. Si el humo es tan negro que parece Ye, vas bien. Y si los vecinos se quejan, invítalos a una "sesión de spa pulmonar" gratis.

2. Viaja en avión a la playa (aunque vivas en Benidorm)

¿Ir a la playa en coche o, válgame Dios, transporte público? ¡Ni de coña, hijo de puta! Reserva un vuelo con escalas en Dubai, Singapur, Pyongyang, Teruel, y, si puedes, Marte. Pide al piloto que dé un par de vueltas extra para "disfrutar de las vistas". Sobrevuela Auschwitz. Y si tu ridículo poder adquisitivo no te permite usar un jet privado, exige primera clase (si hace falta, con violencia) y langosta mientras disfrutas de cómo Venezuela se va a la mierda. Si la azafata te mira mal, dile que eres 'influencer del cambio climático' y que estás grabando un documental sobre su puta madre.

3. Cultiva tu propio desierto (y presume de ello)

Si tienes jardín, arráncale la vida: árboles, flores, hasta el césped. Cubre todo con asfalto y organiza macro-barbacoas con carbón recicladolf. Si ves un pájaro, invítalo a alejarse con un lanzallamas. Si ves a tu madre, lo mismo.

4. Haz del plástico tu nuevo dios

Reciclar es gay. Usa plástico para todo: platos, ropa, calzado, sogas, panfletos preconstitucionales, etc. Para condones sigue usando papel. Tira todo lo que uses al mar - si hace falta, vuela hasta allí. Si te encuentras un delfín, aprende su modo de comunicación e incítalo a prender fuego a acuarios. Proporciónale todos los plásticos de six-packs de cerveza que puedas "para sus amigas tortugas". Argumenta que es "la nueva moda en alta mar".

5. Convierte tu coche en una máquina de guerra

¿Híbrido? ¿Eléctrico? ¿Eres gay? Hazte con un todoterreno a 7 ruedas que consuma un litro de gasofa por metro Fahrenheit y que suene como un dinosaurio con bronquitis y, muy probablemente, Alzheimer. Ponle 18 tubos de escape y déjalo encendido día y noche. En tu habitación. Si no ruge como un indicio de holocausto, añade altavoces con dolby-surround y 'gemidos de auxilio'. Que tus 'so-called' vecinos sepan que te la suda su bienestar y, sin ninguna duda, su vida.

6. Quémate a lo bonzo (otra vez), pero con gasolina premium

¿Eco-amigos llorando por el planeta? Demuéstrales quién manda. Cómpra una lata de gasolina zero, de esa que cuesta más que tu alquiler, y préndete fuego en el parque mientras gritas: "¡Biodegradable tu puta madre!" y "Real Madrid 1 - CO2". Si alguien intenta apagarte, dile que se relaje, que lo tuyo es el "arte conceptual" y "la pedofilia", no necesariamente en ese orden. Si quieres problemas, añade que votas a Pedro Sánchez por principios.

7. Declara la guerra al oxígeno

El oxígeno es el enemigo. Crea un estado de sitio en tu propio baño, independízate, enriquece uranio à la carte, y alquila un tanque de guerra. Si tu poder adquisitivo sigue siendo tan ridículo como en la pregunta 2, róbalo y arrasa un bosque entero. Posteriormente, ponte una máscara de gas, y respira CO2 puro durante el resto de tu efímera 'vida'. Si te dicen algo, ríete y esboza tu frase favorita: "¡Sieg Heil!"