Además, el Gobierno español amenaza a Terra Lliure y Casa Tarradellas con ir más allá y prohibir por ley que el Barça juegue bien e, incluso, que la selección utilice el tiki-taka como estrategia de juego. Según el Ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo: "Los futbolistas catalanes tienen que tener en cuenta que si su comunidad se independiza no podrán aplicar la Ley Bosman y pasarán a jugar como trabajadores extracomunitarios. De Guindos ha anticipado elevadas las tasas que se les aplicará cuando pasen la frontera".
El Presidente Rajoy se ha mostrado más conciliador con el tema: "Nosotros no es que no queramos que los catalanes voten. Lo que no podemos admitir es que la salsa romescu deje de ser española. Es una pérdida demasiado grande para la Marca España".
Desde la CUP, algunos de sus miembros también han hablado sobre la separación de alimentos tras la ruptura con España y han reconocido que les dolerá no sentir la tortilla española como suya. Albert Botran, portavoz del partido, ha sido el encargado de tranquilizar los ánimos: "La tortilla española no va a ser una pérdida. Ferrán Adriá ya se ha puesto a trabajar con el Govern para desarrollar un producto de huevo y patata 100 % catalán. Lo llamaremos Truita Lliure y la decisión de si lleva o no cebolla se tomará mediante referéndum en cada cocina".